"[...] pero nos gusta pensar que aquella humanidad, que pertenecía a una especie distinta de la nuestra, separada de nuestro linaje evolutivo por más de medio millón de años, llegó a tener rasgos tan "humanos" como los que consideramos exclusivos de nuestra estirpe. Nos gusta creer que aquellos humanos amaban a sus seres queridos como lo hacemos nosotros y que lloraban cuando perdían a alguno de ellos. Nos gusta pensar que el bifaz de la Sima de los Huesos fue realizado con mimo y cuidado para honrar a los seres que habían perecido. No intentaremos convencer a nadie por la fuerza de la razón de nuestra forma de pensar, ni tan siquiera de discutir con argumentos esa conclusión personal, que va más allá de la pura razón. Aunque somos científicos no siempre debemos conducir nuestros pensamientos por el sendero de la lógica y la analítica. Es bueno soñar y nadie podrá apartarnos del sueño de imaginar lo que una vez, hace miles de años, sucedió en la colina mágica de Atapuerca."
Atapuerca, perdidos en la colina.
Eudald Carbonell y Jose María Bermúdez de Castro, 2004.
Un libro diferente sobre la historia del Proyecto Atapuerca, imprescindible para todo aquel que haya seguido la evolución de este equipo investigador y quiera profundizar en la historia del yacimiento desde sus inicios hasta la actualidad.
Lo he pasado francamente bien leyendo este libro, no sólo por la gran cantidad de anécdotas, detalles y referencias al trabajo día a día en la excavación: las juergas nocturnas, la dureza de los primeros años cuando los medios escaseaban, los relatos de los hallazgos más importantes, etc.. , sino además por el hecho de haber conocido en el pasado muchos de los lugares y protagonistas que participaron en los inicios de esta gran aventura científica.
La visita a Atapuerca, en cambio, me resultó un poquitín frustrante. Te lo cuentan todo muy bien, pero acabé con la sensación de que estar allí mismo no me aportó nada que no hubiera descubierto leyendo los libros que se ocupan del yacimiento. Este de Carbonell y Bermúdez de Castro tiene muy buena pinta, por cierto. ¡Me lo pido!
Jo, yo aún no he tenido oportunidad de visitar Atapuerca.. pero entiendo lo que dices, Martin. En mi caso estoy segura
de que la visita me sabrá a muy poco, yo soy de las que se metería sin pensar en la Sima de los Huesos si tuviera oportunidad
:o).
La Trinchera del Ferrocarril merece la pena; a mi grupo le tocó una guía encantadora y la visita resultó muy emocionante (y eso que lo único que uno llega a ver realmente son andamios). El insulso Parque Arqueológico con sus casposas recreaciones en cartón-piedra es en cambio bastante prescindible, a no ser que a uno le mole mucho ver como se hace fuego a fuerza de cascar piedras.
Pawley, no se lance tan a la ligera sobre ese libro. Échele un vistazo antes porque a mí, por ejemplo, me ha parecido una tomadura de pelo y un timo sacacuartos (de los que ya van varios con lo de Atapuerca). Y eso dejando a un lado el 'peculiar' sentido del humor del señor Carbonell y sus bromitas y novatadas de juzgado de guardia.
Por cierto, señor Pawley. Tengo el libro y me sobra. Si aún después de hojearlo le hace tilín, dígamelo, que se le envío y me quito el muerto de encima.
Sólo quería comentar que a mi también me chirriaron un poco los pasajes en los que Eudald Carbonell detalla sus bromas y novatadas para conseguir que el equipo se despertara por las mañanas a la hora acordada. Parece un poco bruto, el tío :D. Aunque quise pensar que el relato estaría algo exagerado por su parte.
De todos modos, el libro no me parece un timo en absoluto, y no lo digo únicamente porque su lectura me haya salido gratis al haberlo sacado prestado de una biblioteca :o).
Por testimonios directos de sus víctimas puedo asegurarte que el relato de las putadas de Carbonell no está nada exagerado. A mí el libro me ha parecido horrendo, tanto por la forma (esos diálogos con tonillo de excursión del Opus... "Eudald, deberías tener el honor de relatar los duros inicios..." "Tú lo has dicho, Josemari", págn 105 abierta al azar. Aghhhh), como por el fondo). Y mientras, seguimos esperando una publicación científica sobre la excavación de la Sima de los Huesos en la que se describa el método de excavación, con sus planitos, cortes y tal, y en el que se justifiquen esas alegres teorías sobre el depósito como enterramiento ritual...