"Mientras los espejismos del río danzaban ante mi enlazados unos a través de otros, sentía que formas de mi propia vida se unían a ellos. Fue allí, mientras esperaba a mi hermano, donde comencé este cuento aunque, por supuesto, en esos momentos no sabía que los cuentos de la vida a menudo son más semejantes a ríos que a libros. Pero sabía que se había iniciado un cuento, quizá mucho tiempo atrás, cerca del murmullo del agua. Y sentí que en adelante encontraría algo que jamás se erosionaría, que habría un recodo abrupto, círculos profundos, una acumulación y quietud."
El río de la vida, Norman Maclean.
Me pasa a menudo. Saco con premura la cámara de la funda, con la inquietud de que ese detalle fugaz o esa panorámica que me llama la atención se diluyan antes de que pueda encuadrar y enfocar. Siempre es mejor sacar varias fotografías, por si el pulso falla. Mientras, como flashes instantáneos, mil historias evocadas por lo que acabo de ver en el visor salen disparadas por el objetivo convertidas en figuras de humo que se desvanecen en cuanto guardo la cámara. Casi nunca consigo atraparlas a tiempo. Son las mismas que otros ya han escrito antes, o están siendo escritas o lo serán en el futuro. A mi lo que me gusta es que me cuenten cuentos.
A mí también me gusta que me cuenten historias. Aunque me han dicho que, si de verdad sabes contarlas, es aún mejor contar una historia ante un público atento, y ver sus reacciones.
Seguro que sí, kaveri, pero yo soy de las que prefiere quedarse calladita y escuchar. Aunque ahora me viene a la cabeza cuando era niña y contaba cuentos e historias que inventaba a mi hermano pequeño. Y sí, era una gozada ver sus reacciones :o).
---------
Después del parón producido por un fallo en el servidor de Blogalia, parece que por aquí tan sólo se han perdido los comentarios de esta última historia.
A mí también me gusta que me cuenten cuentos.
Esta azaña espiritual que me han contado y que yo te voy a transmitir, está al alcance de cualquier persona sensible. Te tienes que sentar con la espalda recta sobre el aspa de tus piernas:
...cierra los ojos, concentra tu mente en nada, disuelve tu yo hasta olvidar tu propio nombre e imagina por un momento que todos los astros del firmamento se concentran en un punto luminoso.
Si tu concentración es muy potente sentirás que esa mínima ascua, atraida y guiada a placer por una lenta inhalación, atraviesa toda la oscuridad del espacio, entra en la atmósfera terrestre, perfora limpiamente la pareded de tu habitación, se posa en las aletas de tu nariz y las hace vibrar como las alas de una libélula.
De pronto, tus pulmones se te llenarán de estrellas. Tienes que retenerlas allí con la respiración contenida todo el tiempo posible.
Una vez sometidas a UN DESEO FERVIENTE, con esas esferas puedes hacer cualquier cosa. Puedes llevar la constelación de Orión a tu corazón, o dejar a Casiopea dentro de tu alma, o llenar de polvo cósmico tu cuerpo o liberarlas de nuevo a través del parpadeo de tus ojos.
Si al final te queda colgada del diafragma una estrella que no ha querido volver al espacio, es que vas a ver realizado un deseo soñado. ;-)
Tienes un blog muy bonito. Lástima que no nos cuentes más "historias huidizas" con más frecuencia.
no estoy segura de quién dijo "todos los libros están ya escritos", soy de la opinión que con las fotos, pasa lo mismo. todas las fotos ya están hechas. ¿Puestas de sol? ¿flores? ¿nubes? sigue haciendo fotos, es la única forma de encontrar tus propias imágenes. Cuantas más mejor. Hay que acostumbrar el ojo.
:-)