En un día de lluvia de esta recién estrenada primavera, los bosques de Guadarrama son capaces de hacerte creer que el norte no está tan lejos, que aquí también es posible escuchar el tronar del agua despeñándose ladera abajo. Los mantos de musgo despiertan de la obligada sequía y se muestran más verdes que nunca, los líquenes atrapan el agua como esponjas y los brezos cuelgan de sus ramas gotitas diminutas de lluvia. Incluso uno puede llegar a encontrarse con pequeños hongos como éstos, efímeros, que desaparecerán tan pronto como el sol los deseque. Esta es la estampa del bosque tras la lluvia, fugaz, breve e huidiza.
Hola,
Acabo de descubrir tu página y me gustan mucho tus imágenes, me traen muy buenos recuerdos de mi sierra madrileña aquí en la montaña cantábrica.
Recuerdos desde el Mundo de Gea: www.gea.sekano.org
Por cierto,
Gracias por meterme en tus enlaces, yo ya te tengo en blog amigos. Me gusta el nombre que tiene tu blog: "la guarida del mapache"
Saludos desde el mundo de GEA: www.gea.sekano.org
YILDELIN,BELLA FOTO,ME ENCANTA EL AMARILLO,Y ES INCREIBLE COMO LA NATURALEZA ES BELLA HASTA EN LAS COSAS MAS DIMINUTA,ME SIENTO BIEN CON TUS FOTOS ,GRACIAS