Un buen amigo me ha animado a seguir con esto, así que aquí estoy de nuevo, intentando contarme algo que me ayude a entrar en calor después de este día tan frío. A veces pienso que mi organismo es algo poiquilotermo, que necesita calor exterior para mantener la temperatura, aunque tal vez sea mi corazón que últimamente no consigue termorregularse. Si me descuido se congela y luego se rompe en pedacitos. Por eso estos días voy buscando el sol de invierno cuando camino por Madrid, al menos consigo que el punto de congelación baje algunos grados. Pero hay días que no es suficiente y entonces busco su cálida mirada que es lo único que consigue templar mi corazón.
Mañana me voy con unos amigos a la sierra, nos dejan una casa con chimenea para pasar el puente. Me encanta mirar el fuego, sentir el calor y oir el crujir de las piñas. Me apasiona mirar las montañas, los bosques, andar y pisar tierra, piedras y hojarasca, poder mirar al cielo de noche y ver la vía láctea. Tal vez sea un buen fin de semana. Tal vez consiga volver a la endotermia.
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