Vale, vale.. lo reconozco, no estoy siendo constante en esto de escribir historias, si ya me conozco. La verdad es que inauguré la bitácora en un momento de bajón anímico, como si con cada historia lanzara una botella al mar, y no exactamente con la idea de que alguien las recogiera, pero sí pensando en que esas botellas me ayudarían a mantener lejos mis demonios.
When Im counting up my demons
theres always one for everyday,
with the good ones on my shoulder,
I drove the others ones away.
Everythings not lost
Coldplay
Ahora que he conseguido deshacerme de algunos y que parece que he vuelto a la endotermia, tal vez me haya hecho más perezosa para escribir. Estos días me he dedicado a intentar disfrutar. Aunque no he dejado de leer las bitácoras de Blogalia.
Por cierto, yo también he visto Las Dos Torres. Creo que necesitaría un segundo visionado para ser más crítica. A mi simplemente me encantó, a pesar de los cambios respecto al libro. No me convenció mucho la reaparición de Gandalf, me dio la sensación de que todo sucedía muy rápido, eché en falta la tensión y el suspense de uno de mis momentos preferidos del libro. Pero por lo demás me lo pasé en grande, yo es que me emociono con esos paisajes increíbles acompañados de la música de Howard Shore. Una de las cosas que más me gustan de Tolkien es cómo describe la Tierra Media.
Pero lo mejor de tan esperada noche de cine fue, sin duda, la compañía. Y es que a pesar de que la vida acabe dando vueltas inesperadas, es una suerte que algunas cosas no cambien. Un año después del estreno de La comunidad del anillo, allí estábamos viendo juntos la segunda parte. Sólo espero que se repita el año que viene.
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