Nunca me ha gustado que me hicieran fotos. Soy de esas personas que casi siempre se ven fatal en las fotografías, que no saben qué cara poner cuando alguien les intimida con una cámara. Y que siguen asombrándose de verse y no reconocerse, es algo así como cuando uno escucha su voz grabada en un magnetófono. Pero mirar por el visor de una cámara es muy diferente ... y se ha convertido en una de mis aficiones favoritas. Vaya donde vaya voy atrapando paisajes de mi vida, congelando instantes... evitando que se esfumen demasiado deprisa.
Y la foto de hoy es una muestra: una preciosa casa en la sierra de Gredos donde he pasado el fin de semana.
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