Sólo hace unas horas que he llegado pero parece que llevo días aquí. Es extraño cómo el cerebro se empeña a veces en confundir nuestra noción del tiempo. La aproximación a Lynnis transcurrió sin sobresaltos, no sin cierto nerviosismo por mi parte que sólo se vio aliviado al escuchar la voz de Vaiwa desde la estación de control. Ninguna de las dos pudo reprimir un grito de alegría al oirnos y entonces recordé por qué me encontraba allí, por qué había insistido en que me enviaran a mí y cuales eran mis planes.. no tengo ninguna intención de volver a casa. Esto no es, como creían mis jefes, un capricho por salir al exterior, cualquier otro podría despertar a mis nuevas cepas bacterianas y hacerlas crecer en los biorreactores de Lynnis. Llevo años trabajando para la Archae Microlab Corp., sé que aquí no podré continuar investigando al mismo ritmo ni con los mismos medios, sólo espero convencerles de que también puedo ser útil en este lugar.
El aire es muy pesado aquí y noto que mis pulmones hacen un trabajo extra para intentar extraer algo de oxígeno. Me pregunto si no será el motivo por el que la gente de aquí suspira tanto, o tal vez esa languidez que desprenden se deba a otras insondables razones que de momento no alcanzo a sospechar. No he podido evitar soltar una risita nerviosa cuando un operario del hangar, tras solicitarme los documentos de identidad y demás acreditaciones, ha llenado sus pulmones de aire dejándolo salir en un interminable y sonoro suspiro.
De momento me he instalado en casa de Vaiwa.
Ni rastro de Harlan.
|