Todos los hijos de Charles recordaban a su padre en el Paseo de Arena. El lo había diseñado para que fuera su "camino para pensar" y todos los días solía recorrerlo cinco veces al mediodía. La maleza y las viejas canteras de arcilla eran también el lugar favorito de juegos de los niños y con frecuencia pasaban allí la mañana. Su padre normalmente paseaba despacio por el camino, absorto en sus pensamientos, pero también le gustaba ver lo que hacían y "se mostraba interesado e intervenía en cualquier diversión que estuviera en marcha". Francis recordaba que “caminaba con paso cadencioso, utilizando un bastón con una pesada calza de hierro que hacía golpear ruidosamente contra el suelo”. Ese golpe rítmico "se convirtió en un sonido familiar que delataba su presencia cerca de nosotros" y que para todos ellos rondó el Paseo de Arena mucho tiempo después de su muerte.
Fragmento extraído de La caja de Annie.
Un libro delicioso que ha hecho que lleve varios días inmersa en Down House, escrito por Randal Keynes, tataranieto de Darwin, a partir de los cuadernos de notas y cartas personales de Charles y Emma (su esposa), los escritos que guardaron dentro del estuche de escritura de su hija Annie, tras su muerte a los 10 años de edad, y otros numerosos documentos de la familia Darwin.
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